La falta de implicación del Director estaba desmotivando a la plantilla.
Irene. Empresaria jubilada de una compañía de fabricación textil con 69 trabajadores:
“Me jubilé y decidí delegar la gerencia de mi empresa en un Director General contratado. Unos meses después no le veía ilusionado e implicado con el proyecto. Esta situación estaba provocando una desmotivación importante en la plantilla, no veían proyección de futuro y eso les hacía temer sobre la continuidad de la empresa. Tras varias conversaciones con el Director, la situación no mejoraba, y las relaciones empezaban a deteriorarse”.
Planteamos soluciones
Irene temía por su negocio, le habían hablado de DELTA y acudió a nosotros para solventar la situación de la mejor manera posible. Estudiamos las circunstancias, y le propusimos iniciar conversaciones con el Director, para ver cuáles eran las causas de su desmotivación y ver la mejor manera de que cesara el bloqueo.
Tras varias reuniones, detectamos que no era una cuestión de dejación o ineptitud, sino incomodidad con el trabajo desempeñado. Finalmente, llegamos a un acuerdo satisfactorio para ambas partes, cesando el Director en su cargo. Se le dio carta de recomendación y referencias muy positivas en otra empresa de actividad diferente, para la que posteriormente comenzó a prestar sus servicios.
En tres meses desarrollamos un nuevo proceso de selección e incorporamos a un nuevo profesional con un perfil adecuado a la empresa de Irene. Pasado todo, Irene sigue jubilada y tranquila sabiendo que su negocio funciona bien; el que fuera Director de la misma, ahora se encuentra ilusionado con nuevos proyectos que sí le motivan.
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